Aguas Servidas

Es el término que se utiliza para definir a todas aquellas aguas que se encuentran contaminadas con diferentes sustancias, ya sean orgánicas o inorgánicas, que proceden directamente de los humanos y animales y de los usos industriales de ciertas sustancias, en esta clasificación se pueden incluir a el agua que se utiliza en el hogar para realizar distintas tareas, ya sea para lavar algún implemento y también para bajar el inodoro, también se incluyen aquí a los residuos industriales, la importancia de estas es de tal magnitud que se hace de vital su encausamiento, depuración y posterior desecho, todo esto con el fin para mantener las condiciones higiénicas adecuadas.

Todo tipo de agua de origen natural se encuentra constituida por sustancias que se encuentran en concentraciones variables, dependiendo del origen de la misma, ya que por ejemplo el agua que proviene de las precipitaciones tendrá concentraciones distintas si se compara con el agua de los océanos, sin embargo cuando se habla de aguas negras las concentraciones de agentes contaminantes en dichas aguas se ha visto afectada por la acción de los denominados vertidos, puesto que los agentes contaminantes contenidos en las aguas servidas se encuentran en concentraciones bastante altas.
Este tipo de aguas generalmente son producidas por regiones altamente pobladas, zonas en donde abundan las industrias y en las regiones en donde se practica la cría de animales, es por ello que se hace necesario la creación de herramientas para realizarles tratamiento y posteriormente sean ingresadas nuevamente a la naturaleza en un estado más limpio, todo esto se debe realizar mediante el uso de tuberías encargadas de trasladar el agua contaminada a las plantas de tratamiento correspondientes.
El tratamiento de las aguas negras es de gran importancia para mantener intacta la higiene y la salud de las personas así como del ecosistema, el primer paso que se debe realizar es un análisis al agua, para de esa forma determinar los agentes tóxicos contenidos en ella y posteriormente se procede a diseñar la planta de tratamiento que se ajuste a los agentes contaminantes que el agua contiene, luego de ello se debe perfeccionar el proceso con el fin de evitar que la planta de tratamiento no genere emisiones de gases molestos que perjudiquen a las personas. Una planta que se encuentre en un correcto funcionamiento deberá estar en capacidad de eliminar un 90 % de los tóxicos.