Alpinismo

El alpinismo es la práctica de deportes de montaña más antigua y completa dentro de la enorme variedad que existe en la actualidad. No podemos ignorar que en esta práctica de escalar las montañas más altas del mundo, además de un interés deportivo, hay en la persona que lo practica un objetivo de superación personal que ya excede el deporte.

El alpinismo es un deporte que se escalan montañas altas; es una práctica deportiva en la que las técnicas, los conocimientos y las habilidades son apropiadas, todos son dirigidos de alcanzar el punto más alto de la montaña y así llegar a su objetivo final. Llamado también como montañismo, un escalador tiene como objetivo principal llegar a la cima de la montaña para demostrar la fortaleza que posee, porque estamos de acuerdo en que subir a la alta montaña no es un problema común. La persona que lo hace es especial, tiene una personalidad única y valor que lo lleva a algo diferente y mejor en su vida.
Con el paso del tiempo, la práctica del montañismo evolucionó y se especializó cada vez más, requiriendo al montañista conocer técnicas, elementos y prácticas especiales como el esquí y la escalada en todo tipo de terrenos, además del correspondiente conocimiento de orientación.
Las variaciones constantes que presenta hacen del montañismo una práctica que debe organizarse principalmente en detalle al «salir a la cancha», porque de lo contrario será muy difícil prosperar. Aquellos que practican deportes lo consideran más que un deporte, pero lo entienden como un estilo de vida que se adopta y que les permite ver el mundo que los rodea desde otro punto de vista. El escalador para desarrollar su viaje debe llevar la ropa adecuada, herramientas y provisiones para sobrevivir los días que va a escalar la montaña. No se debe transportar un peso exagerado para no cansarse y los elementos fabricados con materiales portátiles y resistentes.
El nombre del montañismo surgió del lugar donde el deporte de montaña comenzó a practicarse en los tiempos modernos: la cordillera de los Alpes, más precisamente en el macizo del Mont Blanc y, aunque se utiliza para referirse al ascenso de las montañas de los Alpes, el uso también es recurrente para designar la práctica que tiene lugar en otras partes del mundo que no son precisamente los Alpes.