Ambición

La ambición puede ubicarse especialmente en el logro de objetivos profesionales o académicos, es decir, de poder sobresalir en la profesión que se lleva a cabo, en el puesto de trabajo que tiene, o en su defecto como estudiante en la carrera que está estudiando.

Esta situación se producirá desde el individuo hasta un compromiso absoluto con el objetivo propuesto, es decir, todo debe estar orientado a pasar inadvertido y más aún, a obtener honores por un desempeño excelente. Por otro lado, este deseo puede centrarse en la obtención de riqueza material y, en cada caso, todos los esfuerzos están orientados en esta dirección.
Cuando el deseo es monetario, puede llevar a cometer ilícitos e inmoralidades, en general, este deseo es imparable y lleva a la persona que lo sufre a no encontrar ningún motivo para buscar y acumular riqueza, mientras que ese objetivo casi diseñado puede conducir a acciones que atenten contra la moral, las buenas costumbres e incluso con la ley.
En este último caso, puede convertirse en un problema grave ya que desarrollar acciones ilegales puede conducir a la pérdida de libertad de la persona como resultado del primer juicio y luego castigarlo por haberlo encontrado culpable de haber llevado a cabo acciones contrarias a la ley en ese caso la búsqueda incesante de riquezas, por ejemplo, robar o estafar a alguien.
Otros problemas inevitables que rodean la ambición es la ausencia de conformismo y una distancia total de la mediocridad, es decir, son dos conceptos que no combinan con la ambición, porque en la ambición siempre estarás avanzando para garantizar una mejor etapa de la vida, algo que no sucede para aquellos que están satisfechos con lo que es justo y necesario.
Una ambición de condición humana no es mala, y mucho menos ya que es una condición inherente al ser humano, sería el caso de ese individuo que no tiene ambiciones en su vida porque claramente atravesará un problema emocional.
Uno de los sinónimos más utilizados a los fines de esta palabra es el de la codicia, porque la codicia justa es ese apetito ansioso por reunir riquezas y bienes materiales. Cabe señalar que la religión cristiana la considera como uno de los siete pecados capitales junto con la lujuria, la gula, la pereza, la envidia, el orgullo y la ira.