Este término refieren a un individuo cuyo comportamiento no define con exactitud su forma de ser y opiniones. También puntualiza una situación ambigua es decir, que no muestra sus verdaderas características, pero que no las aclara. también puede referirse a una en la que uno realmente no sabe la lectura que se está obteniendo. Algo ambiguo es, por lo tanto, algo confuso.
Si se aplica a las personas, la ambigüedad generalmente tiene un toque de negatividad porque implica que el individuo en cuestión no es del todo honesto o sincero si no que está ocultando su verdadero yo en varias facetas, expresiones o formas de pensar.
Una oración ambigua es la siguiente: «Manuel vio a Gabriel borracho y no sabía qué decir». Esto expresa que ¨Gabriel¨ se encontraba borracho en el momento que ¨Manuel¨ lo vio, pero la situación pudo ser lo contrario es decir que ¨Manuel¨ era el borracho, debido a que el adjetivo tiene el género y el número apropiados tanto para el sujeto (Manuel) como para el objeto (Gabriel), y no hay suficiente contexto para saber cuál de los dos modifica.
Es importante señalar que la ambigüedad puede usarse a la conciencia para confundir al interlocutor, o para no divulgar cierta información en una conversación. En este caso, nos enfrentamos a un uso positivo y beneficioso de un lenguaje ambiguo, aunque no siempre es satisfactorio para quienes lo reciben.
Cabe señalar que en la poesía, los poetas a menudo recurren a un lenguaje y una característica ambigua con mucha frecuencia, en el caso de una técnica estilística, de hecho, hay algunos medios literarios que son especialmente ambiguos, por ejemplo, es la metáfora. Sin embargo, las terminologías imprecisas son consideradas una ambigüedad en el campo de la ciencia.