Amén

La palabra amén se deriva del hebreo “aman” y significa “así sea”. Este término es utilizado en el ámbito religioso como símbolo de reafirmación. En un principio fue empleada por el judaísmo, luego fue adoptada por el islam y por el cristianismo. En las celebraciones litúrgicas, la expresión amén es aclamada en reiteradas ocasiones, sobre todo al finalizar una oración. Cuando una persona dice “amén” está expresando que se tiene por verdadero lo que se acaba de decir, con la finalidad de confirmar una proposición o unirse a una plegaria.

De igual manera, cuando todos los fieles reunidos en una misa proclaman a una sola voz el término amén, quiere decir entonces que todos los presentes, consideran como verdadero lo que allí se propone, y lo ratifican por medio del “amén”. Siendo una palabra muy utilizada, no solo en las iglesias católicas y judías, sino también se encuentran en los libros sagrados, como La Biblia. A diferencia de su uso como palabra final de toda oración, los evangelios ubican a Jesús comenzando algunos de sus discursos con un doble “amen, amen”.
Sin embargo, y más allá de lo aquí expresado, se debe mencionar que son muchas las personas que sin pertenecer a ningún grupo religioso, han expresado al menos una vez la palabra amen. Ya que la extensión de la definición ha permitido su trascendencia en la manera en que es empleada, siendo expresada en forma coloquial a la hora de querer manifestar que se está de acuerdo o conforme con aquello que se dice o se hace.