Ángulos Adyacentes

Cuando se relacionan ángulos pueden pertenecer a un tipo de relación en específico, estas pueden ser, entre otras, relaciones que involucran la posición de los elementos que conforman el ángulo con respecto a otros y también ser combinadas con condiciones matemáticas para la obtención de ciertos ángulos. Un ejemplo de este tipo de relaciones combinadas es el caso de los ángulos adyacentes.
Los ángulos adyacentes se caracterizan por cumplir dos condiciones simultáneamente las cuales consisten en que primero ambos ángulos deben ser consecutivos o lo que es lo mismo que ambos ángulos compartan tanto el mismo vértice como uno de sus lados (los lados de un ángulo estas sobre las rectas o semirrectas que lo conforman) y la segunda, que estos dos ángulos deben ser suplementarios, es decir, que entre las medidas a la amplitud de los ángulos se sumen ciento ochenta grados enteros en el sistema de grados sexagesimales.
Por lo tanto dos ángulos cuando son adyacentes necesariamente también son consecutivos y complementarios teniendo como principal efecto que tengan las mismas propiedades que los anteriores; la propiedad más resaltante de estos ángulos tiene que ver con la trigonometría ya que al aplicársele el operador seno a los ángulos adyacentes, el resultado siempre será igual, del mismo modo si se le aplica el operador coseno a estos ángulos se tendrá el mismo valor pero con signo contrario.

Los ángulos internos y externos de un triángulo, bien sean rectángulos, acutángulos u obtusángulos, cumplen con las características de los ángulos adyacentes en todos sus vértices.