Angustia

La angustia es un sentimiento o estado emocional que se caracteriza por el pesar y funciona como una respuesta a un peligro desconocido. Por esta razón, el significado de la angustia es amplio, generalmente se acompaña de angustia psicológica y cambios biológicos.

Llamamos angustia a ese estado afectivo de características dolorosas y tristes que pueden afectar a cualquier individuo y que generalmente aparecerán como la primera respuesta o reacción ante un peligro o impresión. Para las personas que están inmersas en este estado se vuelve común, por ejemplo, no saber cómo resolver y manejar ciertas situaciones, ya que esta condición reducirá en gran medida tanto su productividad como su calidad de vida.
Aunque la ansiedad no siempre se manifestará de la misma manera en quienes la padecen, hay algunas consideraciones generales que permiten reconocerla y detectarla, como ataques de pánico y miedo intenso, opresión en el pecho, palpitaciones y dificultad para respirar , insomnio, fatiga, nerviosismo, náuseas, miedo a morir y un terror exagerado y continuo de que algo malo le sucede a alguien que sufre de ella o a alguien de su entorno, sin embargo, no hay causas probables de que eso ocurra.
Aunque, por supuesto, siempre la mejor decisión será consultar directamente a un profesional en el campo, estos síntomas generales ayudarán al entorno del paciente en una primera detección y luego lo llevarán a un experto para tratar su tratamiento.
Entre las causas de la angustia encontramos una amplia gama que puede ir desde el estrés causado por preocupaciones y obligaciones diarias, seguido de la experiencia de situaciones que ponen en riesgo la seguridad física, como puede ser el caso de una violación, un accidente, un asalto, un secuestro o desastre natural, a la pérdida de empleo, a la muerte de un pariente y a los problemas típicos de la pareja.
Las personas desarrollan mecanismos de defensa que lo protegen de la angustia, pero no siempre son efectivas. Cuando estos mecanismos defensivos fallan, surge la angustia.
Los niveles de angustia pueden ser varios, desde los momentos de angustia más pequeños hasta los más altos, que terminan acompañando alguna enfermedad psicológica si se mantienen a tiempo.
Los ataques de pánico son un ejemplo en el que se puede ver una gran cantidad de angustia en un sujeto causado por un objeto desconocido. En estos casos, las personas comienzan a sentir malestar físico con aceleración cardíaca, sudoración e incluso posible desmayo.