Arca de Noé

El nombre de Arca de Noé deriva de una historia de la Biblia hebrea, en el cual se narra cómo fue que por orden de Dios, Noé construyó un gran barco (arca) con el objetivo de salvarse él y su familia, los cuales se salvarían del diluvio universal y posteriormente repoblarían la Tierra con sus descendientes. Esta historia es posible ubicarla tanto en los textos sagrados de la Torá y el Antiguo Testamento como en el Corán (texto sagrado de los musulmanes). Según cuenta la historia, Dios ordenó a Noé construir un arca ya que la tierra sería inundada por un diluvio, cuyo fin era el de eliminar las impurezas que azotaban a la tierra, sin embargo, Dios para salvar a Noé y a su familia, le ordenó que construyera dicha embarcación, para que así fueran salvados. Cabe acotar que en el arca fueron trasladados también una pareja de cada ser vivo, para que así pudieran reproducirse y repoblar la el planeta luego del diluvio.

Una de las figuras más icónicas dentro del Antiguo Testamento es la del Arca de Noé. En esta porción de la Biblia se cuenta cómo fue que Noé, por orden de Dios, se dedicó a construir una embarcación con el objetivo de salvar a su familia de las terribles consecuencias que el diluvio universal traería consigo. Al ser salvos de tal acontecimiento, ellos serían los encargados de repoblar la Tierra en lo sucesivo.
Cabe acotar que hasta los momentos no hay pruebas geológicas de la existencia del diluvio universal. Dicho hecho forma parte de las historias religiosas que no cuentan con pruebas científicas, pero que a pesar de ello se mantienen gracias a la fe de los creyentes.
Es importante señalar que durante los siglos XX y XXI ha habido diferentes personalidades que han realizados diversas expediciones que, las cuales han servido para revelar hallazgos que pueden indicar la existencia del Arca de Noé. Una de las más importantes expediciones fue la que se llevó a cabo en el año 1916 por parte del explorador ruso Vladimir Roszkowski. Éste indicó además que había encontrado en el Monte Ararat una embarcación enterradas a medias bajo el hielo que posiblemente sería el Arca de Noé. Tanto fue la conmoción que generó tal hallazgo que incluso el mismo zar Nicolás II envió a investigadores que vinieron a avalar la hipótesis.