La palabra Arte proviene del latín ars y se relaciona con todas las manifestaciones provenientes del hombre, en las que éste deja constancia de su percepción del mundo que lo rodea, expresión que puede obedecer a una realidad o ser el producto de la visión imaginaria de quien la crea.
En tal sentido, el artista puede hacer uso de recursos de naturaleza plástica, lingüística o sonora para plasmar en una amplia gama de opciones que se orientan hacia un público determinado o simplemente representan su necesidad de comunicar ideas, emociones o sensaciones, sin establecer previamente a quiénes están dirigidas sus creaciones.
Históricamente hablando, desde que la especie humana evolucionó hasta llegar al Homo Sapiens, las manifestaciones artísticas jugaron un papel de carácter ritual, mágico y religioso, características que también sufrieron modificaciones, a medida que el hombre se fue adaptando a nuevas realidades e incidía directamente en los cambios que se iban produciendo en el mundo para permitir esa adaptabilidad, apareciendo así sus condiciones estéticas, además de una función ligada al hecho social, pedagógica, mercantil o meramente ornamental; es decir, el concepto atribuible al arte es susceptible de sufrir distinciones, en relación con el periodo histórico y la cultura en las que se contextualice.
Aunque no existen notorios acuerdos entre los entendidos en la materia sobre una definición de Arte, pareciese que si hay consenso en torno al hecho de que está directamente relacionado con cualquier actividad desempeñada por el hombre que implique cierta dedicación y empeño de que el resultado final sea lo más cercano a la perfección, naciendo de esa manera acepciones como el arte médico, el culinario, las artes marciales y el arte militar, por citar algunos ejemplos.
La danza, la escultura, la música, la arquitectura, la pintura y la poesía (incluida en la literatura), son consideradas en la actualidad como las principales manifestaciones artísticas.