Asterismo

Los asterismos son el conjunto de estrellas que, por la forma en la que se agrupan naturalmente, forman una especie de figura geométrica, reconocible para la mayoría de los humanos. Es partir de esto que nace el concepto de “constelaciones”, una especie de formaciones estelares, de entre las que son posibles reconocer ciertas figuras; estas se forman en dependencia de la localización del espectador, por lo que cada estrella, desde ciertos lugares, pertenecería a distintas constelaciones. La palabra proviene del bajo griego “αστερισμος”, que se solía emplear con el mismo significado actual; durante la época, se solían asociar las figuras a los símbolos de cada uno de los signos del zodiaco.

Desde tiempos inmemoriales, el hombre se deleitó observando la rica cantidad de cuerpos brillante que se encuentran en el cielo. Así, y con el desarrollo de nuevas tecnologías y diversificación de las creencias, se empezaron a asociar con ciertos aspectos de la vida cotidiana, además de servir como una especie de guía para evaluar cada una de las estaciones y el futuro de las personas. Hacia el año 1930, debido a las discordancias presentes en los diversos atlas sobre mapas de constelaciones, la Unión Astronómica Internacional decidió establecer una serie de parámetros universales, para evitar la aparición inútil de otras formaciones.
Existe una clasificación de los asterismos, en dónde se les presenta como: los asterismos estacionales, o los grandes asterismos, nombre que reciben los diversos grupos de estrellas con formas fácilmente reconocibles; los de constelaciones actuales, son aquellas que albergan a estrellas muy brillantes; los asterismos históricos son los que, en algún punto de la historia, fueron constelaciones oficiales, pero actualmente han desaparecido; los pequeños asterismos son aquellos que pueden ser apreciados a través de binoculares; los nuevos asterismo, por último, son aquellos que se han popularizado entre los aficionados a la astronomía.