En el ámbito de la física, se le llama campo a todo aquel espacio que resulta sensible a la acción de cierta fuerza o magnitud. El magnetismo, por su parte, hace alusión a la serie de fenómenos atractivos y repulsivos que ocurren dos objetos o cuerpos. Por tanto, se puede decir que el campo magnético es este elemento con el que se busca describir la influencia magnética de las corrientes eléctricas y el funcionamiento de los materiales magnéticos. Se encuentra determinado por dos factores de vitalidad, como lo son la dirección y la magnitud. Mayormente, se le considera un vector axial, es decir, una magnitud física que está en constante cambio bajo circunstancias anómalas, también conocidos como pseudovectores.
Para comprender fácilmente de qué se trata un campo magnético, es preciso hablar de la fuerza magnética, aquella que se origina de la fuerza electromagnética, de las principales fuerzas que se hallan en la naturaleza. Esta puede ser explicada de la siguiente forma: dos cuerpos, con cargas que van en la misma dirección, dan paso a una fuerza magnética atractiva entre ellos, mientras que otros cuerpos, con cargas que se mueven en direcciones diferentes u opuestas, se repelen. Esta es de las nociones más cotidiana, a lo que se le suma el conocimiento de diversos objetos magnéticos que cumplen con el comportamiento ya definido. Es así como nace el campo magnético, en un intento por explicar con exactitud todos los procesos que ocurren en los procesos de atracción y repele, además de los elementos que intervienen y modifican el proceso.
El campo magnético es representado de diversas formas, aunque es común que se opte por un modelo circular, ya que estas líneas no tienen ni fin ni comienzo. Estas nunca pueden cruzarse, pero pueden juntarse en aquellas regiones en las que es mucho más intenso el magnetismo.