Cohorte Romana

Fue así como se denominó al grupo de infantería del antiguo Imperio Romano, que surgió a partir de las reformas militares implementadas por Cayo Mario hacia el año 107 a.C, mejor conocidas como “reformas de Mario”. Fue con estos cambios que la estructura militar romana se impondría como la imperante en el mundo occidental durante años, además de que se mejoraría considerablemente la destreza militar romana y, además, evitándose el afán de reunir una ejército y entrenarlo cuando la nación se viese amenazada. Tiempo después de su inclusión, el término se desarrollaría en cuanto a su significado, pasando a denominar a una unidad de guerra.

Las legiones romanas, una de las unidades básicas de la infantería militar, estaban compuesta por diez cohortes, enumeradas del I al X. Las cohortes, por su parte, estaban compuestas por tres manípulos y estos, a su vez, compuestos por dos centurias, grupos de 60 a 80 hombres. La cohorte I se diferenciaba del resto porque estaba compuesta por cinco centurias dobles. En la época de la República Romana, los cohortes eran organizadas en tres líneas principales: la hastati o los asteros, compuesta por 120 hombres, quienes representaban el porcentaje más pobre del ejército y sólo podían costear equipo de guerra barato, como lanzas; luego, se encontraban los príncipes, de alrededor de 120 hombres, quienes gozaban de la veteranía y se ubicaban detrás de los asteros; por último, se encontraban los triarii o los triarios, con 60 hombres, y que se distinguían por ser los veteranos de la legión.
Para la seguridad civil, se dispusieron dos cohortes: las urbanas, de alrededor de 1000 hombres, cuya principal misión era la de asegurar las ciudades durante el día; las vigilum, también llamados bomberos, que se encargaban de la seguridad nocturna y que se constituía de entre 70 y 80 hombres.