En el ámbito de la epidemiología, se le llama “contagio”, al contacto que existe entre una persona y el patógeno que causa la enfermedad. A menudo, a estos se les llama enfermedades contagiosas o, bien, enfermedades infecciosas, debido a que son causadas por bacterias, hongos y protozoos, ente otros. Dentro de la economía y las finanzas, contagio es el nombre que recibe un proceso en el que la situación económica de un país se ve afectada por completo, en lo que alguna vez sólo afectó a ciertas instituciones o una pequeña parte del mercado financiero. El contagio electoral, por su parte, es aquella circunstancia en el que dos procesos electorales, celebrados de forma simultánea, influyen en el otro.
Las enfermedades contagiosas, normalmente, pueden ser contraídas por estar en contacto con los fluidos corporales de una persona que se encuentre infectada. Sin embargo, este es sólo el caso de las enfermedades contagiosas transmisibles; otros microorganismos, para introducirse en el cuerpo del huésped, necesitan condiciones ambientales determinadas, además de hallar una especie de receptor temporal, que terminará siendo el ente que transmitirá el mal. Todas las infecciones tienen características distintas y pueden afectar el organismo en mayor o menor grado; por ello, profesionales recomiendan que la población esté siempre alerta a las condiciones en las que se encuentra su entorno, evitando la acumulación de bacterias o potenciales entes transmisores.
El contagio financiero, por su parte, es una situación en la que una economía muy estable puede verse arruinada fácilmente. Esta se da debido a que la mayoría de las transacciones que ocurren en una entidad financiera, suele estar relacionada con las que ocurren en otra; además, la caída o quiebre de una estas, significaría pérdidas tanto para los clientes como para los dueños del negocio. En el área del lenguaje, el llamado contagio lingüístico, es aquel que ocurre cuando una persona transmite sus costumbres con respecto al habla, a otros.