Córnea

La córnea es la estructura semiesférica, transparente y delgada situada delante del ojo. Es importante porque ayuda a ver, ya que se enfoca en la luz cuando entra al ojo y protege el iris y el lente. La córnea es el tejido transparente y vascular anterior del ojo, que se asemeja al cristal de un reloj. Sus diámetros son 12 mm en la dirección horizontal y 11 mm en el meridiano vertical.

El espesor varía, en el nivel central es más delgado, alrededor de 520 micras (0,52 mm) y aproximadamente 1 mm adyacente a la esclerótica. En el recién nacido, la córnea es relativamente grande, mide aproximadamente 10 mm verticalmente y alcanza el tamaño adulto en el primer año de vida. La córnea consta de 5 capas:
La membrana de descemet tiene un espesor de 10 micras y es una membrana cuticular que cubre la porción posterior del estroma y anterior al endotelio. Contrariamente a la membrana de bowman, puede separarse fácilmente del estroma.
El estroma constituye el 90% del espesor corneal. Está formado principalmente por fibras de colágeno, células estromales y sustancias fundamentales. Las fibras de colágeno forman mallas dispuestas paralelas a la superficie corneal. Estas hojas entretejidas se cruzan entre sí en ángulos rectos de una manera muy regular.
El endotelio es una capa única de células cuboidales que recubre la membrana de descemet. Tienen una gran actividad metabólica y son responsables de mantener la transparencia evitando el edema corneal. Las células endoteliales son de origen mesodérmico y no tienen capacidad mitótica comprobada, lo que resulta en una disminución gradual en su número con la edad. Tiene 2 funciones principales: refracción de la luz y protección del contenido intraocular.
El tejido corneal es una estructura fuerte capaz de soportar una fuerza considerable antes de romper en casos de accidente o trauma quirúrgico. Esto se debe, como hemos visto, a que su composición estructural se basa en el colágeno del tejido conectivo. Su rica inervación de la primera rama del trigémino es también un gran factor de ayuda.
La interfaz de desgarro por aire forma la primera y más poderosa superficie refractiva de la luz que entra al ojo, representando casi el 80% de la potencia de refracción total.