Corsario

El término corsario se utiliza para definir a un tipo de embarcación cuyo principal objetivo era el de asaltar a los navíos comerciales que pertenecían a un país enemigo o en su defecto a barcos piratas, cabe señalar que estos barcos contaban con la debida autorización por parte de sus gobernantes, como por ejemplo una patente de corso (documento expedido por los monarcas de una nación) para llevar a cabo dicha acción. El término además es también aplicado a los marineros que tripulaban dichas embarcaciones. La palabra deriva del término corso y éste a su vez de latín “cursus” cuya traducción es carrera.

Como se mencionó anteriormente el documento que permitía a una embarcación asaltar a los navíos enemigos se denominaba como patente de corso, con dicho documento se le permitía a los barcos aliados atacar a los navíos enemigos y tomar su mercancía. Hay quienes consideran que los corsarios son similares a los piratas, sin embargo entre estos dos elementos existe una gran diferencia y es que los corsarios realizan sus acciones dentro del marco de las leyes, saqueando a los barcos con el debido permiso y únicamente en las épocas de conflictos bélicos, mientras que los piratas lo hacen con el fin de beneficiarse ellos y en cualquier momento. Sin embargo en algunos periodos de la historia la línea entre lo legal y lo ilegal se ha visto distorsionada, debido a que muchos gobernantes autorizaron de forma desmedida las patentes de corso, permitiendo que en varias ocasiones, piratas pudieran actuar dentro de lo legal.
Estas embarcaciones se crearon con la finalidad de ser utilizados como una herramienta que ofrecía estabilidad en lo que respectaba a la paz, puesto que para la época no se encontraba establecido el derecho internacional, por lo que si un país sufría alguna ofensa no existía ningún procedimiento legal para resolver dicho problema, era entonces cuando los corsarios entraron en juego.
Los corsarios tuvieron su época dorada entre los siglos XVI y XVIII, lapso durante el cual la gran mayoría de las potencias náuticas pusieron en práctica el uso de los corsarios como una herramienta que impidiera el tráfico naval enemigo, ya durante el siglo XIX la actividad corsaria fue mermando hasta que terminó desapareciendo.