En el ámbito de las investigaciones científicas, se le llama “cotejar”, al proceso de comparación entre dos o más objetos, circunstancias o pruebas. Otros autores prefieren referirse a esta como el período de examinación de las situaciones que son puestas bajo análisis. De esta forma, se estarían conociendo las características de alguien o algo, mediante la contemplación y, en algunos casos, el tacto y la apreciación de los sonidos que producen cuando es impactado hacia otros materiales. La palabra se origina a partir de “cota”, un vocablo latino que proviene, a su vez, de quotus, que da origen a cuota, traduciéndose como “cuántos”.
Durante la realización de un estudio o investigación científica, se realizan una serie de pruebas o encuestas, tomando ciertas cantidades de personas y, si es necesario o requerido por el tipo de temática a analizar, dividiéndolas en grupos. Después de obtenidos los resultados, estos deben ser cotejados o examinados; esto, como se sabe, debe seguir parámetros preestablecidos en la metodología de investigación utilizada. Con esto, se llegaría a una conclusión objetiva sobre el problema planteado, abriendo las puertas al debate o, si se trata de condiciones médicas o problemas sociales, posibles soluciones.
En cuanto a las comparaciones, estas, se dan en la mayoría de los campos de estudio. En las finanzas, por ejemplo, algunas compañías toman los estados financieros de empresas que son exitosas, y procede a compararlas con los estados de su propia institución. Además de esto, existen ciertas fórmulas para determinar si una empresa va rumbo a la quiebra o si está económicamente estable. De esta forma, profesionales pueden estar atentos y diseñar planes de acción a corto y largo plazo.