Cultismo

El cultismo se refiere a todas aquellas palabras cuya filología procede del latín o del griego, sin llegar a sufrir ningún tipo de modificación a lo largo del tiempo. Se puede decir entonces, que el cultismo son vocablos que fueron tomados de sus dialectos originales (latín o griego) para ser aplicados en el lenguaje moderno, claro está, conservando siempre su concepto, su estructura y su formato inicial.

Es importante resaltar que son pocas las palabras consideradas como cultismo, ya que la mayoría de los vocablos han pasado por muchas alteraciones a medida que el lenguaje fue evolucionando. Es por esto que ciertas palabras consideradas cultismo, no se estén utilizando actualmente en el lenguaje cotidiano, más bien estos términos, por lo general, se emplean en los contextos académicos, intelectuales y científicos.
Se podría decir que el cultismo cuenta con la particularidad que fueron insertados en la lengua castellana con una finalidad puramente cultural o literaria. De igual manera, existen casos en donde el cultismo es empleado en la construcción de neologismos, es decir en la creación de nuevas palabras, que por lo general son términos relacionados con alguna disciplina científica. El cultismo apenas altera su forma latina, a fin de acoplarse a los acuerdos ortográficos y fonológicos, afrontando a la palabra patrimonial, que transita por todas las modificaciones que las raíces y morfemas sufrieron durante la evolución de la lengua.
Los cultismos han estado presente en todas las etapas del lenguaje, pudiéndose destacar la edad media, en donde el famoso escritor Gonzalo de Berceo se vio en la necesidad de crear un dialecto literario, casi que de la nada. De igual manera sucedió en el renacimiento con el culteranismo, dirigido por Luis de Góngora, quien planteó la reforma del dialecto poético.
Muchos de los términos que terminan en “logia” son considerados cultismo, por ejemplo: psicología, metodología, dermatología, etc. otras terminaciones comunes de cultismo son las “ico” o “ica”, por ejemplo: política, lógica, hermético, matemática, etc.
Por otro lado, existen vocablos opuestos al cultismo, estos son términos que con el tiempo se fueron modificando, hasta perder su morfología original, estas palabras se les conoce como patrimoniales, es decir que ya son propias de cada idioma, porque ya no son exactas a cómo eran en un principio. Por ejemplo: hominem= hombre, oculum= ojo, germanus= hermano.