Desafuero

Una inmunidad o desafuero es un tipo de norma o privilegio específico para un colectivo o para un territorio específico. Eran o desafuero surgido en el contexto de la Edad Media en España, cuando los reyes otorgaban un reconocimiento especial a los súbditos de algunos territorios.

Este tipo de privilegio se inspiró en las costumbres de cada lugar y la ley era una confirmación legal de lo que una vez fue una costumbre social. Los fueros podrían estar relacionados con la institución del vasallaje, con el pago de impuestos o con contratos que afectan a las personas.
Los fueros o indignación medieval implicaban un estado legal específico y también podían afectar el comercio, las actividades militares o la iglesia. El foro medieval como figura legal también buscó la repoblación de algunos territorios. Cuando España se configuró como una nación, los fueros gradualmente fueron perdiendo su significado. Sin embargo, no desaparecieron por completo y, de hecho, en algunos territorios de España todavía se conservan como un derecho histórico (por ejemplo, la comunidad autónoma de Navarra es un territorio foral y esta particularidad está incluida en la actual Constitución española de 1978).
La jurisdicción medieval evolucionó y su idea se aplicó a la esfera política en la mayoría de las naciones. De esta forma, en los textos constitucionales se aborda el enfoque como una fórmula para proteger la libertad de expresión de los parlamentarios. En este sentido, la jurisdicción de un parlamentario consiste, en pocas palabras, en el hecho de que no puede ser juzgado por tribunales ordinarios ya que está protegido por su condición de gaucho. Sin embargo, esta protección no es absoluta y, en ciertos casos, el político puede ser juzgado por medios ordinarios. Cuando desaparece la protección o la inmunidad parlamentaria, se produce la acusación.
En general, los parlamentarios tienen jurisdicción desde el momento en que ocupan su puesto como representantes de la soberanía nacional. Sin embargo, su estado como porcentaje puede suspenderse de acuerdo con lo que indique cada legislación nacional. Normalmente, un parlamentario pierde su enfoque en aquellos casos en los que ha cometido un delito de manera flagrante.
La controversia de los fueros y los ultrajes.
La figura de la jurisdicción parlamentaria no carece de controversia, porque a pesar de haberse introducido para proteger la libertad de expresión, en la práctica puede convertirse en una coartada para la impunidad frente al crimen e incluso para proteger a los corruptos. En esta línea, hay juristas que consideran que la evaluación no debería existir porque supone un privilegio injustificado, ya que en la actualidad la libertad de expresión no se ve amenazada en los países democráticos. Los partidarios de suprimir la apelación argumentan que las peticiones controvertidas de inmunidad representan un argumento en contra de la jurisdicción.