Desgarro

El desgarro o desgarre, como también se le conoce, se refiere a la rotura de algo.
Lo más común es asociar este concepto en el señalamiento de un desgarro muscular, el cual es una lesión del tejido muscular con el consecuente deterioro de las fibras interiores y el rompimiento de los vasos sanguíneos.
Este tipo de lesiones la padecen con mayor frecuencia los atletas, sobre todo aquellos que practican disciplinas como el fútbol, que por las características propias de este deporte implican el uso excesivo de los músculos de sus piernas, so pena de los tropiezos y golpes que suelen sufrir en la cancha.
En ese orden de ideas, el desgarro puede sobrevenirse por una contracción, al someter al músculo a un trabajo superior al que está capacitado para realizar, o una elongación, la cual se define como el estiramiento exagerado del mismo.
Por eso es importante que toda persona que esté por iniciar una rutina de ejercicios o cualquier otra labor que amerite un alto desempeño físico, realice previamente una sesión de calentamiento, disminuyendo de esa manera la posibilidad de sufrir el desgarramiento de alguno de sus músculos.
Es de hacer notar que el desgarro también puede ser ocasionado por la realización desproporcionada de alguna actividad, ocasión en la que el individuo siente los músculos agotados, pero no deja de forzarlo de forma inapropiada.

Hay algunas condiciones que aumentan el riesgo de padecer esta lesión, entre los que se pueden mencionar: la desnutrición, patologías como la diabetes, el sedentarismo y una circulación poco eficiente. También ocurren desgarros como consecuencia de un traumatismo y la primera señal que debe ser detectada por quien lo padece es la sensación de una punzada que no le permite contraer el músculo.