Disenso Político

La palabra disenso denota el desacuerdo, la discrepancia entre dos o más partes que estén involucradas en un tema en específico, es entonces la falta de acuerdo sobre algo. Proviene del latín dissensus que quiere decir desacuerdo.

Cuando a esta palabra se le asigna el adjetivo político entra al campo político legal en el cual, bajo las bases democráticas modernas (ideología política que incluye la pluralidad y la competitividad), significa la tolerancia y el respeto a una cultura política que se desenvuelva de manera heterogénea, o sea, que no se desenvuelva con una sola inclinación del pensamiento colectivo. Es en sí la garantía y el respeto hacia un concepto en el cual los integrantes de la cultura pueden estar en desacuerdo con las personas o las bases con las que se ejerce el poder, así representar esto una exclusión del sistema políticamente descrito.
El disenso político, en la mayoría de los casos, es una característica de la democracia no conocida como un derecho. Cuando en un sistema político no hay disenso entonces se habla de sistemas como el fascismo, el comunismo o la dictadura.
A través del concepto se pueden llevar a cabo debates o discusiones que bajo condiciones diplomáticas permitan el acuerdo entre simpatizantes de distintas ideas de como ejercer el poder de un estado en específico.
Fisichella (1990), político italiano, opina que la legitimidad de un gobierno democrático se basa en la aceptación de una síntesis política como el mejor y más conveniente por los soberanos para ser aplicado al sistema, lo que implica un consenso (lo contrario al disenso) pero que no necesariamente debe abarcar todo el campo político, incluyendo las instituciones instrumentales y las decisiones, permitiendo así que se definan los principios básicos que disciplinen los conflictos y protejan los derechos siempre atenuados por las garantías a la minoría.
Descrito de esta manera, es entonces un componente de la democracia esencial el cual abre la posibilidad de cambio con legitimidad la cual es exaltada en la medida en que ese disenso tiene vigencia efectiva.
Cabe destacar que un disenso puede llegar a convertirse en consenso sin embargo es muy poco probable que esto ocurra en el campo de la política porque esto implicaría el mismo modo de pensar sobre el campo político específico.