Dentro del ámbito de la educación, se le llama disertación al acto en el que una persona cualquiera realiza una presentación oral, utilizando diversas herramientas de apoyo, tales como medios gráficos, visuales y de amplificación sonora. Estos, generalmente son llevados a cabo en el nivel terciario de educación, además de los posgrados; sin embargo, en algunos casos, estos también son prácticas en la enseñanza secundaria y en la enseñanza técnica. De igual forma, también se le llama disertación al análisis que realiza sobre una materia determinada, que se caracteriza por ser detenido y metódico; por defecto, algunos lo definen como un discurso o razonamiento.
La disertación como exposición sobre un tema, de acuerdo a las convenciones que se establecen sobre el mismo, es un sistema rígido de entrega de información, debido a que involucra una preparación previa, además de la preparación del material correspondiente y la inversión en los equipos necesarios para que este sea proyectado. Este, en las pocas veces que es puesto en escena por parte de alumnos de enseñanza secundaria, es ampliamente criticado, debido a que desmotiva de forma importante al alumno. A pesar de esto, constituye una de las técnicas de autoinformación más conocidas, puesto que requiere de un entendimiento y dominio sobre el tema por parte de quien dará la presentación.
Los disertantes, al momento de realizar la presentación deben tener una serie de factores en cuenta. Uno de ellos es el manejo de la voz, la expresión corporal y el apoyo visual, además de estar atentos al receptor. Sumado a esto, se debe cuidar el léxico elegido para tratar el tema, al igual que tener una especie de guía, para así evitar tener un discurso incoherente. Para una mejor presentación, la disertación debe constar de entrada, exposición, desarrollo, aspectos centrales y conclusión.