Electrolito

Un electrolito se llama una sustancia que contiene aniones y cationes y, por lo tanto, es capaz de conducir la corriente eléctrica. En general, son líquidos que contienen iones en solución, pero también hay electrólitos sólidos y fundidos. El electrolito se puede definir como el solvente que se disuelve en el agua para generar una solución capaz de conducir la corriente.

Los electrolitos están ubicados en los compartimientos de líquidos del cuerpo. Estos son básicamente dos; el fluido extracelular que corresponde al fluido que está en los espacios entre las células y el que forma la sangre y el fluido intracelular ubicado dentro de la célula. Es que la mayoría de los electrolitos son ácidos, bases o sales en solución. Algunos gases, cuando se encuentran en condiciones de alta presión o temperatura, pueden comportarse de manera similar a un electrolito.
Los electrolitos tienen una distribución particular que les permite formar gradientes de concentración, lo que hace que arrastren agua de un compartimento a otro. De ahí su importante papel en la hidratación.
Los electrolitos también cuentan con otras funciones como por ejemplo que pueden incluir regular el grado de acidez de los tejidos, contenida en la sangre, la cantidad de agua en el cuerpo, la actividad muscular y la transmisión de impulsos nerviosos.
Los iones más importantes de la fisiología son el sodio, el potasio, calcio, cloruro, magnesio, bicarbonato e hidrogeno fosfato. Los electrolitos ubicados en el cuerpo humano logran entrar o salir de las células por medio de proteínas especiales, insertadas en la membrana celular. Estas proteínas se llaman canales iónicos y permiten la entrada o salida de iones como sodio, calcio y potasio. Para fenómenos como la contracción de los músculos un intercambio es fundamental y la conducción del impulso nervioso en las neuronas.
Es importante tener en cuenta que los seres vivos necesitan un equilibrio delicado de electrólitos entre el entorno interno de las células y el entorno extracelular. La ósmosis requiere este equilibrio para regular el pH de la sangre, la función muscular y la hidratación corporal, por ejemplo. Magnesio, sodio, calcio y potasio son algunos de los electrolitos primarios en fisiología.