Emotivismo

Es esa meta ética actual (parte de la ética que se ocupa del análisis del lenguaje moral) que sostiene que los juicios de valor vienen de las emociones individuales y entonces el fin será persuadir a otros a sentir como nosotros, e incluso tratar de conseguir esas personas que piensan diferentemente valoradas de la misma manera que hacemos las situaciones.

El emotivismo no utiliza medios racionales para demostrar la validez de su propuesta, aún más, absolutamente ausente de ella, utilizando sólo las emociones y su espontaneidad como medio para conocer la verdad moral.
Sus objetivos principales son, por un lado, poder influir en el comportamiento de las personas, a través de acciones verbales, emociones, súplicas, sentimientos, entre otras alternativas y por otro lado el lenguaje moral se utiliza para expresar su actitud ante Situaciones o cosas Y por tanto debe distinguirse del simple subjetivismo.
Por ejemplo, a instancias de este sistema filosófico, afirmaciones como la envidia son muy malas, no nos dice nada acerca de la naturaleza misma del acto de la envidia, sino que en realidad expresa el sentimiento que provoca, o envidia.
Tiene sus raíces en el pensamiento de Hume y el primer Wittgenstein
Durante el siglo XX, el emotivismo fue una de las teorías éticas más influyentes. Comienza usando la observación de diferentes formas de lenguaje.
Esta teoría fue desarrollada principalmente por el filósofo estadounidense Charles Stevenson y el británico Alfred Jules Ayer.
Sus objetivos principales son:

  • Se utiliza como un medio para influir en el comportamiento de las personas, a través de medios verbales tales como: emociones, sentimientos, súplicas, etc.
  • El lenguaje moral se utiliza para expresar la propia actitud y debe diferenciarse con el simple subjetivismo.

David Hume (Edimburgo, 7 de mayo de 1711, 25 de agosto de 1776) fue un filósofo, economista e historiador escocés y es una de las figuras más importantes de la filosofía occidental y la ilustración escocesa. Los historiadores consideran la filosofía de Hume como una profundización del escepticismo, aunque este punto de vista ha sido discutido, argumentando que el naturalismo tiene un peso comparable en su pensamiento. Hume considera que la moralidad no está gobernada por la razón, afirmando que el juicio moral debe basarse en los sentimientos de aprobación o rechazo que las acciones nos causan.