Estrías

Se le llama “estrías”, a la afección de la piel que se caracteriza por la aparición de líneas blanquecinas o, en algunos casos, de color fucsia o morado, en ciertas zonas del cuerpo, como los glúteos, muslos y abdomen; se trata de cicatrices producto de la pobre elasticidad de las fibras que anteriormente se hallaban en la zona afectada. Específicamente, estas son clasificadas como atrofias cutáneas, condiciones que afectan la elasticidad de la piel, además de disminuir considerablemente el grosor de la misma y gran parte de las propiedades que posee. Se localizan en la dermis, aunque pueden ser observadas por el fino grosor de la epidermis.

Las estrías pueden ser dividas en dos grandes grupos, en dependencia de su origen: de distensión, cuando la piel, después de hallarse estirada durante una cantidad de tiempo considerable, regresa a su posición original; es común que estos casos se den en personas que han bajado de peso o la distensión que sufre la piel de las embarazadas. Por otra parte, se tiene las estrías púrpuras, con su característico color rojizo, cuyo inicio se da por la excesiva producción de cortisol en el organismo. Es importante mencionar que, por lo general, que un conjunto de estrías aún conserve color púrpura, quiere decir que mantiene flujo sanguíneo.
Como ya se mencionó, las estrías son producidas por un excesivo estiramiento de la dermis. Esto puede ser evitado con el uso de ungüentos, que estimulen la elasticidad de la piel, haciendo uso de ingredientes como líquido amniótico, cola de cabella, placenta, entre otros. En caso de que esto no sea aplicado y se formen estas cicatrices, se puede recurrir a una serie de opciones profesionales para la remoción de las mismas, como tratamientos con láser y exfoliantes químicos.