Falsabilidad

Falsabilidad o refutabilidad de una declaración, hipótesis o teoría es la posibilidad inherente de que se pueda demostrar que es falsa. Una declaración se llama falsable si es posible concebir una observación o un argumento que niega la declaración en cuestión. En este sentido, falsificar es sinónimo de anular, que significa invalidar o «demostrarse que es falso».

Por ejemplo, por el problema de la inducción, ningún número de observaciones confirmantes puede verificar una generalización universal, como “Todos los cisnes son blancos”, ya que es lógicamente posible falsificarlo observando un solo cisne negro. Así, el término falsabilidad es a veces sinónimo de testabilidad.
La preocupación por la falsabilidad llegó a la atención por medio del filósofo de la ciencia, la epistemología científica de Karl Popper, «falsacionismo». Popper hace hincapié en el problema de la demarcación, distinguiendo lo científico de lo no científico, y hace de la falsabilidad el criterio de demarcación, de modo que lo que no se puede clasificar se clasifica como no científico y la práctica de declarar una teoría infalsificable como científicamente verdadera es pseudociencia.
Para que una declaración sea cuestionada usando la observación, debe ser al menos teóricamente posible que pueda entrar en conflicto con la observación. Una observación clave del falsacionismo es que un criterio de demarcación es necesario para distinguir aquellas declaraciones que pueden entrar en conflicto con la observación y aquéllas que no pueden. Popper eligió la falsabilidad como el nombre de este criterio.
“Mi propuesta se basa en una asimetría entre verificabilidad y falsabilidad; Una asimetría que resulta de la forma lógica de declaraciones universales. Pues éstos nunca se derivan de enunciados singulares, pero pueden ser contradichos por enunciados singulares.” – Karl Popper, La lógica del descubrimiento científico, p. 19.
Popper enfatizó que las declaraciones infalsificables son importantes en la ciencia. Contrariamente a la intuición, las declaraciones infalsificables pueden ser incorporadas en teorías falsables y deduciblemente implicadas por ellas. Por ejemplo, aunque «todos los hombres son mortales» es infalsificable, es una consecuencia lógica de la teoría falsable de que «cada hombre muere antes de que cumpla los 150 años». Del mismo modo, la antigua idea metafísica e infalsificable de la existencia de los átomos ha llevado a las correspondientes teorías modernas falsificables. Popper inventó la noción de programas de investigación metafísica para nombrar tales ideas infalsifiable.