Familia

Partiendo de lo expuesto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Familia “es el elemento natural y fundamental de la sociedad y del Estado”.
En ese orden de ideas, los integrantes de una familia están entrelazados por vínculos que poseen dos procedencias elementales: los lazos de afinidad, los cuales parten de la instauración de un tipo de unión socialmente reconocido, como el matrimonio, contrato que en algunas culturas solo puede celebrarse entre dos individuos, al tiempo que hay sociedades que admiten la poligamia, o lo que es lo mismo, la alianza matrimonial establecida entre varias personas. Asimismo, existen los lazos de consanguinidad, como los presentes entre padres e hijos.
De igual modo, las familias pueden distinguirse a razón del grado de parentesco que existe entre sus integrantes.
Aún con lo anteriormente expuesto, también es válido afirmar que no hay un acuerdo establecido para conceptualizar el término Familia.
Esta figura, jurídicamente hablando, se define a través de algunas leyes creadas con ese fin, las cuales se promulgan con el objetivo de delimitar lo que en un territorio determinado constituye un matrimonio.
Hay que resaltar que existe una diversidad de modelos familiares, en los que entran en juego diferentes elementos de carácter social, económico, afectivo o cultural.
Asimismo, concebida como una institución de índole social, la familia está caracterizada por su tendencia a amoldarse a las condiciones de la sociedad en la que está inmersa. En ese sentido, existe un número importante de familias extensas en el contexto tradicional, así como la cantidad de familias monoparentales (de un solo padre o madre) va en progresivo aumento en poblaciones industrializadas y también reciben reconocimiento las familias homoparentales, partiendo de la aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo.