Favela

Favela este término es de origen portugués, sinónimo de comunas en español. Estrictamente hablando, una favela es una comunidad de vecinos, oficialmente, de más de veinte casas, ubicada en un área informal con servicios deficientes. En resumen, un barrio precario. Si las favelas existen, es una supervivencia pura y simple.

La disparidad económica de un país donde un salario mínimo que apenas alcanza los doscientos euros y que siempre tiene un déficit de vivienda y una mala planificación urbana, sumado al aluvión, emigrantes cíclicos rurales a las grandes ciudades. Estos barrios a través del tiempo han pasado por muchos cambios, pero las consecuencias se han repetido, en cuanto al tema de la propiedad y el uso de la tierra.
En el caso de Río de Janeiro, impresionan con su abrumadora presencia. Lo que es fascinante para el planeta, en el sentido amplio de la palabra, es una rutina para Río de Janeiro, ya que es una parte inextricable de su ser. Basta ver un mapa de la enorme ciudad de Río de Janeiro señalizado para entenderlo. O simplemente mira hacia arriba, a las montañas. La favela, que para los neófitos puede convertirse en un submundo tropical, es el lugar donde vive uno de cada cinco cariocas.
Es decir, casi un millón y medio de personas, la abrumadora mayoría, sonrojada por decirlo, son personas comunes de todas las clases sociales que se levantan a trabajar temprano todas las mañanas y que antes de ir a lo mismo: miran telenovela y fútbol, ​​medicina diaria. Eso tiene menos poder adquisitivo y menos garantías sociales y políticas, pero eso es parte del sistema, especialmente cuando sales de tu casa.
Además, es cierto, hay más desempleo, familias disfuncionales, población en riesgo. Y en la mayoría de las favelas prevalece un poder paralelo al Estado, dominado por grupos al margen de la ley. Por todo esto, la favela inspira sospechas, si no terror, a quienes no las conocen. Y facilita la recreación de estereotipos diseminados ampliamente por el cine y la televisión, desde Zé Pequeño de Ciudad de Dios hasta el Capitán Nascimento de Tropa élite, modelos que no dejan indudablemente a nadie que llegue a Río.