Femicidio

El feminicidio es la manifestación más extrema del abuso y la violencia masculina contra las mujeres. Ocurre como consecuencia de cualquier tipo de violencia de género, como la agresión física, la violación, la maternidad forzada o la mutilación genital.

En 1970 Diana Russell pone en circulación El término «femicidio». Esta expresión surgió como una alternativa al término neutral de «homicidio» con el objetivo político de reconocer y hacer visible la discriminación, la desigualdad y la violencia sistemática contra la mujer que, en su forma más extrema, culmina en la muerte.
La desigualdad y la violencia de género son recurrentes en la historia de las sociedades. Con el avance de los movimientos feministas, estos temas han ganado una visibilidad mucho mayor que la que tenían hace algunas décadas en gran parte del mundo. Lo que hace que el delito de feminicidio sea diferente del asesinato de un hombre, e incluso el asesinato común de una mujer, es que, a través de la muerte violenta, la intención es restablecer y perpetuar los patrones que se han asignado culturalmente a significa ser mujer: subordinación, debilidad, sentimientos, delicadeza, feminidad, etc.
Los que estudian este fenómeno inquietante consideran que la causa principal es la mentalidad machista y patriarcal en amplios sectores de la sociedad. Según los esquemas mentales machistas, las mujeres tienen un rol social específico (esposa sometida al marido, sin autonomía como persona y dedicada principalmente al papel de ama de casa y madre). Cuando algunas mujeres no aceptan el rol machista que se les impone, se puede desencadenar una reacción violenta que lleve al asesinato. Esto generalmente ocurre en casos de separación o divorcio en los cuales el hombre no asume el nuevo rol de su pareja y por lo tanto decide recurrir a la violencia.
En los últimos años, algunos países han promulgado leyes destinadas a combatir los abusos y los crímenes contra las mujeres. Los expertos consideran que el nuevo marco legal es importante pero, al mismo tiempo, insuficiente. Para combatir el feminicidio de manera efectiva, se debe cambiar la mentalidad machista de los posibles asesinos y este cambio debe comenzar en la escuela, en la familia y en los medios.