Feminicidio

El feminicidio es un término relativamente nuevo, se utiliza para definir el asesinato de mujeres, por el simple hecho de ser mujeres. El feminicidio entra dentro del contexto de lo que es violencia contra la mujer, muchos de los casos se originan por misoginia (aversión a las mujeres y niñas) y que implican el odio y desprecio que siente un hombre por las mujeres.

Feminicidio es un vocablo que se deriva del término inglés “femicide” que significa asesinato de mujeres por razones de género. Fue empleado por primera vez por una escritora feminista, la sudafricana Diana Russell, en el año 1976 ante un tribunal internacional, para definir las formas de violencia extrema en contra de la mujer.
El feminicidio es una realidad que, aunque no lo parezca, está sucediendo en mayor o menor medida y que resulta preocupante, porque existen países en donde cada año se producen hechos de asesinatos de mujeres por parte de sus esposos o ex parejas. Según estudios, entre las causas que originan el feminicidio están: la cultura machista y patriarcal en la mayoría de los sectores de la sociedad, dependencia emocional, baja autoestima, trastorno psicoemocional no superado, mal manejo de la ira, etc.
Existen diferentes tipos de feminicidio; algunos de ellos son:
Feminicidio íntimo: es aquel cometido por un hombre con quien la víctima mantiene o mantenía un vínculo íntimo (esposo, novio, amante, ex pareja).
Feminicidio no íntimo: es aquel cometido por un hombre desconocido con quien la víctima no guardaba ningún tipo de relación. En este caso se puede mencionar los asesinatos por agresión sexual o intento de robo.
Feminicidio infantil: es aquel que se comete en contra de niñas menores de 14 años, generalmente por parte de hombres con quien tienen una relación de confianza o poder sobre la niña.
Feminicidio familiar: es aquel que se produce dentro de un entorno de parentesco entre la víctima y el victimario. Dicho parentesco puede ser por consanguinidad, afinidad o adopción.
Feminicidio por prostitución: es aquel cometido por uno o varios hombres en contra de una mujer, por el simple hecho de ejercer la prostitución. En este caso los culpables justifican los hechos argumentando que ellas merecían lo que les pasó, o porque eran malas mujeres y que ellas se buscaron lo que les sucedió.