Feudo

Se denomina a feudo a un conjunto de tierras que un señor feudal concedía a su súbdito durante el feudalismo de la Edad Media, a cambio de que dicho subordinado cumpliera con las obligaciones plasmadas en el contrato de vasallaje como por ejemplo apoyo en las batallas, en lo referente a las políticas entre otras cosas, además de ello en dichos contratos se describían también las tierras entregadas. En el feudo las relaciones de tipo productivas y económicas eran entre el señor feudal y entre campesinos libre o en su defecto siervos que debían cumplir de forma obligatoria con diferentes labores.

Estas porciones de tierra se encontraban conformadas por porciones de terreno, con buenas características para ser cultivadas, además de bosques, granjas y varias zonas pobladas, siendo su estructura de mayor relevancia la fortaleza que lo demarcaba, en donde se podían encontrar almacenes para los alimentos, talleres de herrería, molinos, hornos, patios, entre otras estructuras, mientras que en sus inmediaciones se encontraban las casas de los siervos y el edificio de oración, en lo que respectaba a sus políticas económicas, se centraban principalmente en la agricultura y el comercio, con el fin de explotar al máximo el potencial que poseían las tierras.
Durante esa época existían aranceles que se aplicaban por el uso de edificaciones en específico, ejemplo de ello eran los molinos, tabernas, panaderías y herrerías, además de ello se podía cobrar por la utilización y explotación de los recursos que en el feudo se encontraban, todos estos impuestos eran los que mantenían en pie el poder del señor feudal, sin mencionar los beneficios que éste también obtenía a partir de sus propios cultivos. Por su parte la Iglesia también se encargaba de cobrar un arancel especial, el cual recibía el nombre de diezmo, debido a que se cobraba el 10 % de las cosechas de los granjeros.
En lo que respecta a su tamaño y forma el feudo no tenía un patrón previamente establecido, por lo tanto podía ser muy diferentes unos de otros, siendo un aspecto común, su capacidad para autoabastecerse, ya que su explotación agrícola se enfocaba principalmente en el consumo interno del propio feudo.