Intercambios Estudiantiles

El intercambio en términos generales, representa el acto entre dos o más personas, naciones u organismos de cambiar algo de manera recíproca. Ahora bien, si a intercambio se le adjunta la palabra estudiantil, representa el cambio o la movilización de estudiantes entre sus naciones de origen, por un tiempo entre los tres y doce meses. Por ejemplo, un estudiante de Brasil se alojó en la casa del estudiante de Inglaterra y éste último se alojó en la casa del chico de Brasil.

El intercambio estudiantil consiste en alojar estudiantes en otra parte del mundo, para que pueda disfrutar de una experiencia totalmente diferente en un país diferente al suyo. En ese sentido, el intercambio puede realizarse entre dos casas de estudios que se encargan de hospedar en sus residencias estudiantiles o mediantes institutos de idiomas u organizaciones, que se encargan de buscar familias dispuestas a recibir al estudiante y que cumpla con los requisitos.
También, el alojamiento puede darse en el lugar donde cada estudiante reside, es decir, un estudiante se mudaría por el tiempo definido a casa del otro estudiante y serían las familias de cada uno, las encargadas de velar por el bienestar del estudiante y adquirir el rol de embajadores, ya que deben mostrar su cultura y manera de vivir, para maximizar la experiencia.
Los inicios de los intercambios estudiantiles se remontan al final de la segunda guerra mundial, con los cuales se pretendía generar comprensión empática, convivencia pacífica y enriquecedora entre los estudiantes participantes, dejando atrás las diferencias y abriendo paso a las relaciones internacionales.
Hoy día, en un mundo cada vez más globalización, con una creciente internacionalización de la educación, adoptada por muchas naciones del mundo, el intercambio estudiantil es cada vez más frecuente y se ha postulado desde sus inicios, como una excelente propuesta para el desarrollo intelectual y la apertura de las mentes de los participantes a nuevos panoramas y retos, que le permitan su desarrollo como individuo.
Los intercambios estudiantiles, además de satisfacer las necesidades intelectuales, también han servido para que los individuos puedan conocer mucho más de la cultura del país a donde han sido trasladados. Asimismo, han sido una herramienta de mucho éxito, para aquellos que se han propuesto aprender un nuevo idioma.