La presencia del YO SOY es el séptimo y último cuerpo, está presente en la tercera dimensión y es el YO SUPERIOR. Es creada a imagen y semejanza el padre creador. El el Dios individualizado en cada uno de los seres humanos, hecho de su propia esencia, atributos y dones es por eso que se dice que estamos en Dios y él en nosotros. La presencia el YO SOY, es la esencia vibrante de la existencia y la creación universal, es decir la razón de existencia del universo. Cuando se ama, se piensa, se mueve, es la representación del mismo Dios en acción. Gracias a esta presencia, la meditación, la imaginación son posibles.
El YO SOY no está limitado por tiempo ni espacio, no tiene nación, ni sectas, ni discípulos, no se presta como imagen para culto ni adoración, simplemente cumple su papel de EL. Puede ser encontrado en todos lados, sin distinción de raza, posición social, cultura ni religión, maneja la creencia universal de ser el único pastor y representa la unión de todo sus hijos. Ese Dios es el individualizado y creado de manera interior en cada uno de lo seres existentes en la tierra.
Dicha presencia se encuentra como un manto de luz sobre cada ser vivo a unos 3 o 5 metros sobre la cabeza ocupándose sólo para expandir, crear y verter la más pura perfección. También es inteligentemente individualizada como se mencionó anteriormente y cada uno de los patrones de perfección es guardado dentro en su mente deslumbrante para ser manifestada en el mundo físico. La presencia del YO SOY, no reconoce el caos, ni la confusión, ni la destrucción del mundo externo. El individuo debe tener libre albedrío para para llamar al poder de la perfección en todo momento, de lo contrario la imperfección abordará cada área de su vida hasta el final de los tiempos.