Se le denomina lapso a la porción de tiempo que transcurre entre dos hechos que son de la misma naturaleza. De igual forma, el lapso es aquella porción de tiempo cuya duración es expresada, y que se caracteriza por tratar de recalcar un hecho que ocurrió mientras este tenía lugar. Además, este puede hacer referencia a los valores que toman ciertos elementos oscilatorios, entre dos límites previamente establecidos. Cuando se trata de errores, la palabra toma su forma latina, lapsus, que, en conjunto de otros términos latinos, aluden a errores cometidos tanto en la escritura como al hablar. Esta palabra, generalmente, es utilizada como un sinónimo de intervalo.
Esta palabra ingresa a la lengua española como un préstamo proveniente del latín, ubicado hacia el siglo XVI, en forma de la ya mencionada palabra “lapsus”, que puede ser traducida como “acto de deslizarse” o “deslizamiento”. Con el paso del tiempo, el uso del término ha sido enfocado hacia la determinación de períodos de tiempos determinados. A pesar de esto el uso de lapso, en algunos casos, se orienta en el contexto de explicar cómo un ser humano ha caído en errores o en el camino del delito; así mismo, puede hablarse del lapso como la caída en la culpa.
Cuando se trata de lapsus, se habla de pequeño errores u omisiones que se realizan mientras se habla o escribe. Al ser añadidos otros términos, tales como calami y linguae, se estarían especificando en qué aspecto se está fallando, ya sea en la escritura o el habla, respectivamente.