Logaritmo

En el ámbito de las matemáticas, se define como logaritmo al exponente cuya principal necesidad es la de incrementar o elevar el valor de su base para de esa forma poder obtener la cifra positiva ya determinada. Otro término por el cual se conoce a los logaritmos es como función inversa a la función exponencial, ya que al igual que ocurre con las operaciones de adición y sustracción o división y multiplicación en la que una es inversa a la otra, en este caso ocurre exactamente lo mismo.

El matemático de origen escocés John Neper fue el pionero en conceptualizar a los logaritmos como caracteres numéricos de tipo artificial, lo que permitía poder sustituir las operaciones algebraicas básicas como la división multiplicación, cálculo de raíces y potencias por adición sustracción, multiplicación y división. En sus inicios los logaritmos eran empleados únicamente en área como la astronomía, sin embargo con el paso de los años se fue extendiendo su uso hacia otras ciencias, ya que la necesidad realizar cálculos de gran complejidad obligó a hacerlo, en campos como la economía, la ingeniería e incluso en la navegación marítima, son algunos de las áreas en donde mayor aplicación tuvo.
Fueron de gran utilidad ya que en la antigüedad no existían artefactos electrónicos como las calculadoras que permitieran la realización de este tipo de cálculos, ya que se podían realizar de forma más sencilla y rápida los cálculos de gran complejidad.
Cuando se están realizando cálculos matemáticos, un logaritmo de un producto ya determinado, es lo mismo que al realizar la suma de los logaritmos de los factores de él mismo, por ejemplo el logaritmo de un cociente debe ser el mismo que al sustraer el logaritmo del dividendo al del divisor. Por otro lado el de una potencia deberá ser el mismo que el resultado de un exponente que se multiplica por el propio logaritmo del número base y el logaritmo de una raíz indeterminada de cualquier número, se puede calcular cuando se divide el logaritmo de dicho número entre el índice m de dicha raíz. En los casos en los que los logaritmos no son potencias precisas de 10, entonces su composición debe ser de una porción entera y el otro decimal.