Meteorito

Se llama meteorito al cuerpo que alcanza la superficie de la Tierra, que no alcanza a desintegrase por completo. Se trata de un meteoroide, o un cuerpo que se encuentra en el espacio exterior, llamado así para diferenciarlo del polvo cósmico y de los asteroides, de acuerdo con los límites mínimos y máximos que se presentan. Cuando la entrada a la atmósfera de estos es atestiguada, se les denomina, simplemente “caídas” y cuando, por el contrario, no se tiene cuenta del hecho hasta después se le llama “hallazgo”; se han reportado alrededor de 31.000 hallazgos de restos de meteoritos o los cráteres producto del impacto. Por lo general, el nombre que reciben proviene de la zona en donde se ubican los restos.

La palabra castellana “meteorito” es tomada del francés “meteore”, que a su vez es una derivación del vocablo latín “meteorum” y este a su vez, del griego “meteōron”, palabra relacionada con los fenómenos que ocurren o están relacionados con la astronomía o, más concretamente relacionada con el término, el cielo. Meteoro, aquél proceso de iluminación por el que atraviesa el meteorito al ingresar a la Tierra, está formado también a partir de esta raíz, al igual que otras palabras relacionadas. Generalmente, cuando en el cielo nocturno es captado este tipo líneas luminosas, seles llama “estrella fugaces”, por la rapidez e intensidad con la que se pueden apreciar.
Existen tres tipos de meteoritos conocidos, como lo son: los meteoritos pedregoso o los que están formados a partir de rocas y minerales comunes, como el aerolito y litio; los meteoritos metálicos, que están constituidos por hierro y níquel; además, los meteoritos pedregosos-metálicos, aquellos que contienen componentes tanto metálicos como rocosos en iguales cantidades.