Mise en Place es el nombre que recibe la tarea de clasificar y organizar los ingredientes necesarios para la creación de un platillo o, bien, a nivel profesional, la preparación del menú de turno. Esta expresión es de origen francés, cuya pronunciación correcta sería [mi zɑ̃ ˈplas], y puede ser traducida como “poner en su lugar” o “puesto en el lugar”. En dependencia del platillo a cocinar, entre los ingredientes se pueden hallar toda clase de alimentos, como carnes, vegetales, verduras, hortalizas, especias, condimentos y salsas, todo para que este goce de gran sabor y satisfaga a los clientes o invitados.
El mise en place se traduce en recopilar una serie de ingredientes, esto involucra o no la compra de los mismos, medir la cantidad necesaria y deshojar, quitar las pieles y cortar en pequeños trozos, de acuerdo a la estética que se le quiera dar al plato, los demás ingredientes. Después de limpiarlos, se les organiza en el centro de la mesa, haciendo uso de recipientes pequeños, de forma redonda, además de obtener los utensilios requeridos. Es común que se mencione de forma retirada en los libros de recetas de cocina. Cabe destacar que, el término, también puede ser aplicado al acto de organizar la mesa, ordenando los platos y cubiertos utilizados.
Los cocineros profesionales se refieren al mise en place como uno de las etapas más importantes de la cocción de un menú, puesto que les permite el ensamblaje del plato sin tanto estrés. Esto se debe a que las comidas deben ser preparadas en tiempos determinados.