Oír

La palabra oír significa prestar atención o aplicar el oído para escuchar algo o alguien. Por lo tanto, el acto de escuchar es voluntario e implica intención por parte del sujeto, en contraposición a oír, lo que significa, sin más, ‘percibir por el oído (un sonido) o lo que’ alguien ‘dice.

Así, podemos hacer un esfuerzo para escuchar una conversación extranjera que apenas oímos, pero oímos una voz repentina e inesperada que no nos da tiempo para escuchar. El DPD señala que la escucha tiene un significado más general que oír y que por lo tanto casi siempre se puede usar en lugar de eso, algo que ya estaba sucediendo en el español clásico y que sigue ocurriendo hoy.
La capacidad de oír es el sentido de la audición, formado por varios procedimientos fisiológicos y psicológicos que permiten a la gente escuchar y capturar sonidos. Un sonido, por otra parte, es una sensación que se produce en el oído de ciertas vibraciones.
El hecho de escuchar, por tanto, está ligado a la audición y contempla un marco psíquico y fisiológico que permite a una persona oír.
Mientras que la audición es algo que la mayoría de los seres humanos hacen con resultados satisfactorios, hay varios trastornos que afectan o cancelan la audición. Para escuchar, necesitamos que los oídos interno, medio y externo funcionen correctamente. Las ondas sonoras entran por el oído externo, llegan al centro y producen vibraciones en el tímpano que se transmiten al interno mediante los ossos (huesos muy pequeños); finalmente, los impulsos nerviosos viajan desde el oído interno hasta el cerebro, donde son identificados como sonidos.
Los seres humanos cuentan con una división del sistema auditivo comprendida por periférico (compuesto por las diversas regiones de la oreja) y central (formado por los nervios responsables de la audición y el cerebro). El primero es responsable de capturar los sonidos y enviar las ondas al cerebro, mientras que el segundo impulsa la actividad psicológica que completa la percepción.
Cuando la oreja recibe una onda sonora, la transmite al tímpano a través del conducto auditivo. El tímpano recibe la onda y empieza a vibrar, permitiendo que los huesos capturar la vibración y amplificar el sonido. El sonido amplificado llega al oído interno y moviliza líquidos que actúan sobre las células ciliadas, encargadas de transformar la onda en un impulso eléctrico que pasa por el nervio auditivo y llega a la corteza auditiva. Sólo aquí el ser humano logra interpretar el sonido.