Orar

Orar es el nombre que recibe la actividad de contemplar, mental y anímicamente, a un Dios, alguna deidad menor, santo o cualquier ente divino, como una forma de agradecimiento, para pedir favores y la realización de milagros o simplemente ponerse en presencia de estos. La oración es una de las prácticas más importantes de casi todas las doctrinas, puesto que es una forma de estar más cerca con aquellos entes a los que se les prestan alabanzas, plegarias y ofrendas, además de, en algunas religiones, alcanzar un estado de espiritualidad mayor. Generalmente, se imponen algunas reglas al momento de orar y para el orador, con el fin de no ofender a la deidad.

Por otra parte, tenemos a “orar”, como uno de los elementos de la oratoria, aquella disciplina en la que, por medio del habla y la lengua, se busca persuadir al oyente, con discursos impactantes. La oratoria nace en Grecia, en donde se utilizaba como un instrumento para obtener poder y prestigio social y políticamente. Era tal la importancia de esta actividad que fue nombrada un arte. A esto se le suma la existencia de personas que se hacían llamar logógrafos, quienes, aprovechando su don con las palabras, se encargaban de redactar los discursos que se daban en los Tribunales
Volviendo a la acepción religiosa, la oración, de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica, se diferencia de los rezos, puesto que estos son “plegarias vacías”. Por ello, se insta a orar siguiendo un llamado sincero, además de encontrarse en completa calma, para que realmente se pueda llegar a Dios. En otras religiones, como el budismo, la oración esa distingue de la meditación, puesto que la primera es exclusiva a sus Dioses y la segunda, al crecimiento y la reflexión personal.