Parkinson

El Parkinson se hace presente cuando las células nerviosas (neuronas) no producen suficiente dopamina que es una sustancia química muy importante para el funcionamiento del cerebro ya que causa la pérdida de la función muscular. En ocasiones son genéticos, pero la mayoría no parece ser entre miembros de la misma familia.El Parkinson generalmente comienza alrededor de los 60 años, o puede aparecer antes.

Por lo general son los hombres más afectados que las mujeres. Por ahora no han conseguido cura. Hay medicamentos que a veces ayudan a mitigar los síntomas. En casos severos, la cirugía y la estimulación cerebral profunda (electrodos implantados en el cerebro que envían pulsos para estimular las partes del cerebro que controlan el movimiento) pueden ayudar.
El Parkinson es muy difícil de detectar algunos síntomas de la enfermedad, para los especialistas. Otros son obvios, incluso a los ojos de los inexpertos. Dado que los síntomas son diferentes según el paciente. Muchos presentan algunos síntomas, pero no otros, y la velocidad a la que empeora la enfermedad varía según la persona. Cabe señalar que solo los médicos pueden diagnosticar este trastorno y que cualquier síntoma de la enfermedad de Parkinson podría deberse a otras afecciones.
Las personas que sufren de la enfermedad pueden administrar las medicinas que les controle los síntomas. La enfermedad progresa rápido así que lo recomendable es consultar con su médico, para que pueda ayudarlo a seguir el tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida.
La enfermedad de Parkinson no es frecuente. Incluso si responde sí a varias de estas preguntas, es más probable que no tenga la enfermedad de Parkinson. El paso más importante que puede tomar es consultar a su médico y obtener información sobre las causas de sus síntomas.
Una persona con la enfermedad de Parkinson pierde progresivamente su capacidad de controlar completamente sus movimientos corporales. Con el tiempo, las personas afectadas pueden tener problemas para sonreír, hablar o tragar. Sus caras pueden parecer planas, suaves e inexpresivas, pero las personas con la enfermedad de Parkinson aún tienen sentimientos, incluso si sus rostros no siempre los muestran. A veces, los afectados también pueden tener problemas para pensar y recordar.