PMA

El término de procreación médica asistida se utiliza para referir a la reproducción humana y a la atención médica proporcionada para facilitar la fecundación de las mujeres mediante el uso de diferentes técnicas, dando paso al embarazo y al posterior nacimiento del niño. También para evitar la transmisión de enfermedades hereditarias al bebé. Este término se conecta con la fertilización asistida o fertilización médicamente asistida y también de procreación asistida.

La asistencia brindada puede ser biológica cuando hay una contribución de gametos provenientes de personas que van a quedar fuera de un enfoque legal de las relaciones paternas o maternas que se establecen. Y también se admite restricciones en algunos estados es una de las prácticas sociales fuertemente cuestionadas al principio de la maternidad subrogada, por la cual una mujer acepta criar a un hijo para otro.
Por otra parte, las técnicas de reproducción asistida (ART) se han desarrollado como terapias de esterilidad para lograr la fertilidad de la pareja humana. En esta línea, la inseminación artificial aplicada a los seres humanos adquirió una nueva dinámica cuando se logró en 1953 que el semen congelado pudiera ser utilizado posteriormente sin perder su funcionalidad.
En el área de AMP (Medical Assistance to Procreation). Se trata, entonces, de un tratamiento médico que permite corregir una condición médica de infertilidad de una pareja heterosexual. De hecho, el orden natural de las cosas implica que una pareja heterosexual es normalmente fértil. La infertilidad puede asimilarse, en este caso, a una enfermedad, y luego es normal recibir tratamiento médico.
También hay quien se opone a la legalización del PMA para mujeres que hacen parejas porque conducirá, a la legalización de manera natural de manera natural, a la legalización del GPA. (Aunque el GPA se refiere a todas las parejas, homosexuales o heterosexuales, es claramente promovido por asociaciones llamadas LGBT como un medio para permitir que parejas de hombres «conciban» a un niño.). De hecho, aunque de diferentes naturalezas, el PMA para las parejas de las mujeres y el GPA son vindicados en nombre de un supuesto nuevo derecho para las parejas homosexuales, el derecho a tener hijos. Sin embargo, en nombre del principio de igualdad, será imposible prohibir el PAM una vez que el PMA esté legalizado para las parejas de mujeres. De hecho, en nombre de lo que los homosexuales masculinos tampoco tienen el derecho de acceder a una nueva técnica que les permita «concebir» a un niño.