Polo

El latín polus le da origen a la palabra Polo, a la cual se le asigna una variedad de utilidades. Por ejemplo, en términos astronómicos, este vocablo hace referencia a cualquiera de los dos extremos del eje de rotación de un cuerpo esférico con capacidad de moverse de ese modo, como ocurre con el planeta Tierra.
Dicho de otro modo, el polo establece cada uno de los puntos en los que el eje gracias al cual rota un astro encuentra su superficie, surgiendo de esa manera el Polo Norte y el Polo Sur, o lo que es lo mismo, el Polo Boreal y el Polo Austral.
Mientras que en el campo de la física, el polo determina cada uno de los dos puntos que contienen características inversas. En ese sentido, existen cuerpos que poseen determinadas cargas eléctricas, como las baterías, por ejemplo, las cuales tienen un polo negativo y otro positivo.
Los imanes también poseen dos polos opuestos, clasificados en norte y sur y, asimismo, a los bornes de conexión a fuentes de corriente se les denomina polos.
En el plano deportivo también se utiliza esta palabra para definir una disciplina que se practica en equipo y cuya creación es una de las más antiguas. Su génesis pudiera estar asentada en Irán, aunque eso aún está en discusión, lo que si es cierto es que los ingleses adoptaron este deporte, que aprendieron a jugar en la India, y elaboraron el reglamento que le da vida a la versión que actualmente se conoce.
En este juego se conforman dos conjuntos de cuatro jinetes cada uno, los cuales deberán marcar puntos introduciendo una pelota en la portería contraria, valiéndose de un bastón elaborado con bambú, para lo cual dispondrán de 8 tiempos de 7,5 minutos cada uno, con recesos entre ellos de 3 minutos.