Potro

El equus ferus caballus, mejor conocido como potro o potrillo, es la cría de los mamíferos perisodáctilos domesticados, que se clasifican en la familia de los équidos, y los cuales se les llama popularmente caballos. Este aplica sólo para aquellos que sean machos, pues la hembras son llamadas potras o potrillas, para que, cuando alcancen cierto nivel de madures corporal, sean denominadas yeguas. De igual forma, potro es el nombre que reciben uno de los artefactos de tortura más utilizados durante la inquisición, cuya misión era la de dislocar o desmembrar viva a la víctima dispuesta en el tablero. Los potros de herrar son máquinas que se encargan de sujetar a un animal para que las herraduras puedan ser colocadas.

Los potros han evolucionado, tal como otras especies, a través del tiempo. El rastro evolutivo se les puede seguir a través del análisis de los fósiles pertenecientes a la especie conocida como “Eohippus”, un mamífero herbívoro que se ha determinado vivió hace más de 55 millones de años. Las patas del animal, así como los molares y su tamaño, han evolucionado, cubriendo las necesidades que presentan. Los potros de herradura, por su parte, son las estructuras creadas para específicamente sujetar a animales como caballos, burros y vacas, para que las herraduras puedan ser colocadas en sus patas, además de que curas, si presentan algunas heridas, puedan ser realizadas.
El potro, como instrumento de tortura, fue una de las diferentes máquinas empleadas para castigar a las personas que cometieran lo que era considerado como un delito para la época, como traducir biblias, adulterio, robos, entre otros. Este consistía en una especie de camilla, en la que las extremidades de la víctima eran atadas; el verdugo, girando una pequeña palanca, llamada potro, hacía que estos fueron halados en direcciones contrarias, con el fin de dislocar o desmembrar a la persona. En la actualidad, la industria dedicada a comercializar productos relacionados con el sadomasoquismo, ha creado una especie de silla con pronunciadas curvas, llamada potro del amor, cuyos fines son puramente eróticos; hoteles de temática romántica lo incluyen en habitaciones cuando fechas especiales se viven.