Principio de Arquímedes

Se le llama principio de Arquímedes a la ley física que indica que, al sumergir un objeto sólido cualquiera en una masa líquida o de fluido, este experimentará una fuerza de empuje vertical hacia arriba, es decir, en sentido opuesto a su propio peso, que hará desalojar una cantidad de líquido proporcional a la masa del mismo. En otras palabras, es mediante este principio que se explica cómo se puede obtener la densidad de algunos objetos utilizando su búsqueda de estabilización, mientras se hallan en un cuerpo de agua, además de darle una explicación al hecho de que aparentan tener un peso menor cuando se encuentran en una masa de agua considerable, a pesar de que estén parcial o completamente cubiertos por el líquido.

Este también se ha denominado empuje hidrostático y la unida predilecta para su medición, según lo estipulado por el Sistema Internacional de Unidades, es el Newton. El hombre que dio con él fue Arquímedes, un importante y conocido matemático griego. Mientras tomaba un baño, se percató de que, al sumergirse en la tina, cierta cantidad de líquido se derramaba. Determinó que esto podría ser útil para conocer la densidad de una corona, siendo que el resultado sería menor cuando esta estuviera elaborado con metales baratos y menos pesados.
Existen una serie de elementos que componen el fenómeno en sí. La fuerza de empuje, por ejemplo, es la fuerza que surge al introducir un objeto sólido en el recipiente con líquido; en dos pasos, sería: el peso real del ente en el fluido se ve contrarrestado con una fuerza de empuje (que, cabe destacar, es igual al peso del líquido que es derramado después de insertar el cuerpo). En expresiones matemáticas, se representaría: P aparente= P real- P fluido.