Prosperidad

En el aspecto económico, se entiende por prosperidad a la serie de circunstancias en las que el crecimiento económico de la compañía es el esperado o supera los números estipulados. Esto quiere decir que las cifras porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), aumentan. Cuando se trata de la prosperidad económica de un Estado o país, esta no se encuentra estrechamente relacionada con el factor ya mencionado o el aumento del consumo, sino que se enfoca en la tasa de desempleo, igualdad social y económica, además del funcionamiento de distintos mecanismos públicos, como el sanitario.

Dentro de un planteamiento general, la prosperidad se caracteriza por llevar, tanto al consumidor como al productor, a un estado de optimismo. El comprador aumenta la cantidad que consume, contribuyendo al crecimiento de la demanda y haciendo que la producción aumente; esto, a su vez, provocaría que la renta nacional (los ingresos de cada uno de los elementos principales de la economía de una nación), aumente, lo que lleva al indiscutible crecimiento económico. Sin embargo, cabe destacar que algunos autores, a lo largo de los años, se han encargado de abrir un debate concerniente a los indicadores de prosperidad, argumentando que las mejoras en el ciclo de compra y venta no servirían para determinar si una compañía es prospera o no.
En otros aspectos, como la religión, se establece que la prosperidad es aquel estado alcanzado por los seres humanos, al momento de experimentar la felicidad, amor y demás sentimientos positivos, en donde puede realmente sentirse pleno. Esta enseñanza no varía demasiado de doctrina en doctrina; las herramientas, aun así, serían distintas.