Se le llama protón a la partícula subatómica que posee una carga elemental positiva. Es clasificado como un nucleón (que conforma el núcleo de los átomos), junto a los neutrones, siendo de vital importancia, debido que, según la cantidad de protones que tenga un átomo, los elementos y las propiedades químicas que posee, serían determinadas. Tiene signo contrario a los electrones, puesto que estos tienen una carga eléctrica negativa. Entre otra de sus características básicas, se halla que este posee, en su estructura, 2 quark arriba y 1 quark abajo, recalcando que estos son unas de las partículas elementales que se hallan en la naturaleza, también conocidos como fermiones.
En un trasfondo histórico, se atribuye el descubrimiento del protón a Ernest Rutherford, quien en el año 1918, se encontraba disparando rayos alfa contra gas de nitrógeno, cuando sus detectores de centello empezaron a mostrar núcleo de hidrógeno. Este dedujo que sólo podían provenir del hidrógeno, así que estos conformaban el núcleo de este. Años antes, Eugene Goldestein, había ya observados iones neutros cargados positivamente, marcando como antecedente al descubrimiento del protón.
Se considera que toda partícula subatómica, es más pequeña que el átomo. Este es el caso de los protones. Estos pueden ser encontrados en los núcleos de los átomos, siendo especificados como “número atómico”. Por ejemplo, el número atómico del carbono es 6; esto quiere decir que sólo posee 6 protones. Dependiendo de esa cifra, el átomo puede considerarse de cierto elemento químico u otro; aunque, cabe destacar, no siempre los átomos del mismo elemento tendrán el mismo número atómico, ya que esto puede variar en función a la creación de nuevos isótopos.