Se entiende por reembolso, a aquella situación en la que una persona se ve en la obligación de entregar una determinada suma de dinero a un tercero, que la habría entregado como parte de un pago o deuda. Las razones por las que esto ocurra pueden variar drásticamente, pero esto dependerá, en gran medida, del contexto en el que ocurra. Existen, de igual forma, un sistema de compra llamado “pago a la entrega”, en donde los productos son enviados por correo y el pago por estos es efectuado en el lugar; en caso de que esto no ocurra, los productos serán reembolsados al minorista que los ofrece.
En los llamados contratos de fianza, donde se establecen relaciones financieras no sólo entre el deudor y el acreedor, sino que se agrega, además, a un fiador. Este último se encargaría de cancelar la suma de dinero determinada, en caso de que el deudor no lo haga. Si el deudor efectúa el pago y no avisa al fiador, haciendo que este cancele también, el dinero deberá serle devuelto. Situaciones similares se presentan con la garantía de devolución de dinero, en donde un comercio cualquiera, estaría dispuesto a realizar un reembolso, en caso de que un cliente esté descontento con el producto adquirido; es bien conocido que esta es una sutil estrategia de marketing, implementado en el siglo XVIII por Josiah Wedgwood.
El envío contra reembolso, o cash on delivery, es uno de los tantos mecanismos para adquirir productos, como ya se mencionó anteriormente, estimula la compra por correo. Ésta representa importantes ventajas para el comprador, puesto que no se necesitan tarjetas de crédito para la transacción o tener la suma de dinero justo al momento de la compra. Otro tipo de reembolso, es aquel que se da cuando las personas pagan sus impuestos y, por tener obligaciones tributarias menores, se les hace un reembolso de la cantidad de dinero excedente.