El latín rivālis representa la raíz de la palabra rival, la cual se utiliza para hacer mención a un individuo que está en pugna con otro, por cualquiera de una amplia gama de motivos.
En ese sentido, los rivales pueden tener la intención de superar a su contendor, o bien procurar alcanzar un nivel de condiciones semejantes entre ellos.
Este término también ser empleado en organizaciones, equipos, empresas o corporaciones, entre los cuales surgen competencias que los conducen a convertirse en rivales.
Mientras que la rivalidad es la contienda continuada que se desarrolla entre dos o más rivales, entre quienes se pueden establecer alianzas que generalmente buscan minimizar al oponente.
Asimismo, se puede definir al verbo rivalizar como la acción de contender con alguien en la búsqueda de un objetivo común.
Por otro lado, existe el modismo archirrival, el cual se refiere al principal competidor que alguien posee; el término se utiliza con frecuencia en historietas, en las que es común evidenciar que el héroe y su antagonista son más acérrimos archirivales.
Por lo general, se asocia a la rivalidad con situaciones en las que los involucrados procuran el uso de cualquier medio para superar a su contrincante, independiente de las consecuencias que devengan de la utilización de esos recursos. Pero la realidad es que las rivalidades no siempre están envueltas en enemistades, pues también las hay en condiciones en las que los contendores rivalizan con la única intención de mejorar sus propias habilidades y destrezas, como suele ocurrir en el entorno deportivo.
En el campo ideológico también se producen rivalidades que, generalmente, son dirimidas ante las masas, con el fin de ganar adeptos a la corriente a la que se pertenece.