Salario

El término salario fue introducido por primera vez en el argot de las organizaciones en el siglo XVIII por Eduardo Ballesteros, con el fin de referirse al conjunto de bienes o capital que se le otorga a un trabajador periódicamente, como remuneración por el cumplimiento de una faena laboral o a cambio de lo producido con base en su esfuerzo.
Según la forma y la periodicidad con la que se efectúe el pago, el salario recibe diferentes denominaciones, por ejemplo, si se realiza diariamente, se le conoce como jornal, definición que también tiene varias variantes, dependiendo del periodo del día al que corresponda la cancelación, así será jornal matinal si el trabajo se desarrolla antes de las 12:00 del día, y será diurno si la labor se hace después de las 12:00 m.
En otras palabras, el salario es una contraprestación que, generalmente, está representada en dinero, aunque hay casos, en los que una parte puede manifestarse en especie equivalente a su valor económico.
En ese sentido, es necesario que siempre haya un pago en dinero, al tiempo que la especie se relaciona únicamente con un estímulo de carácter complementario

Cuando se desarrolla una negociación previa a la celebración de un contrato laboral, el salario es uno de los elementos fundamentales del común acuerdo, por lo que su fijación debe ser directamente proporcional a la carga de trabajo y satisfacer las expectativas de quien será contratado.
Desde su creación, una de las principales responsabilidades de la Organización Internacional del Trabajo ha sido la lucha por el establecimiento de salarios justos, que ayuden a la satisfacción de las necesidades del trabajador.