Se refiere al recibimiento constante de información por parte de un ente, acerca de un ser u objeto en específico, el cual representa un importante para el fin que se tiene planeado. Asimismo, es utilizada en diversos contextos, entre los que se encuentran el policiaco, en donde normalmente se investiga a los sospechosos, tomando información de sus cuentas bancarias, teléfonos celulares, amigos cercanos y que estuvieron con él cerca del momento en que ocurrió el delito de que se le acusa al igual que puede entrar en consideración la persecución, acto en el que se persigue de manera violenta al sujeto, si intenta escapar al momento de ser detenido por fuerzas policiales.
Normalmente, los individuos que son investigados de manera ardua son aquellos que están relacionados con organizaciones mafiosas o han cometido crímenes muy graves, como lo puede ser un asesinato o un robo. El fin de todo, es capturarlo y hacer que pase un período de tiempo en la prisión por los actos ilícitos que cometió. El seguimiento es utilizado, en esta área, como una buena acción.
Sin embargo, también se encuentra la situación en la que una persona sigue a otra, como parte de la alimentación de una obsesión hacia el ser que está siendo acosado; esto es una condición mental, en la que se quiere estar con la persona la mayor parte del tiempo, pero al existir un rechazo, el paciente busca métodos con los cuales puede sentirse más cerca del objeto que supone una obsesión para él. La palabra es empleada, también, para los seguimientos a actividades cotidianas, como lo es la vigilancia al hacer la tarea o la supervisión de las técnicas utilizadas en el trabajo.