La suposición, en su sentido más estricto, se define como aquellas ideas que se toman por ciertas y que se toman como punto de partida para razonar o actuar de una forma determinada. En estas, se recurre al uso de las analogías, el establecimiento de una relación o comparación entre dos hechos similares. Existen multitud de términos que, debido al uso popular que se le da, a menudo son confundidos con las suposiciones, como ocurre en el caso de las hipótesis, que, de hecho, preceden a la realización de una suposición, y la premisa, que no es más que el conjunto de suposiciones anteriores a la conclusión de un argumento.
Puede hablarse de la suposición como una especie de predicción o anticipación, que se realiza haciendo uso de los antecedentes que se disponen sobre la materia; generalmente, para saber si es correcta la idea, es necesario esperar a que tenga lugar el desenlace. Las suposiciones, de igual forma, pueden ser realizadas después de que el hecho ha ocurrido; en este caso, la persona desconoce el origen de tal situación, por lo que sólo puede dedicarse a elaborar suposiciones sobre lo que pudo haber ocurrido; sólo se puede comprobar cuando se consulta a un testigo sobre la naturaleza del mismo.
Un delito muy conocido es aquel denominado “suposición de parto”, aquél en el que se finge haber dado a luz a un infante que no es propio. Para la realización de este se puede contar con personal médico e, incluso, la participación de los padres de la criatura. Generalmente, se lleva a cabo utilizando dos métodos: la suposición de parto propia, cuando es registrado por el propio malhechor, y la suposición de parto impropia, cuando un bebé ajeno es registrado, por algún funcionario, como de alguien más.